
Tiempo en pareja
Cuando se tiene un bebé la relación en pareja cambia, a mejor o a peor dependiendo del momento y la dinámica de cada unx, pero el día a día se convierte en un juego en equipo en el que raramente estamos a solas, algo que a veces se echa de menos. Hay parejas y momentos en los que la relación pasa a un segundo plano y la prioridad es sobrevivir al día a día. Y hay parejas y momentos en que esta parte se añora con frecuencia y cuesta hacerle hueco en la medida que nos gustaría.
Todo es cuestión de lo que sentimos que es prioritario y de cómo nos organizamos para crear espacio.
En esta sección hablo de cómo a veces aprovechar los ratos tranquilos en familia para hablar, abrazarnos, besarnos o hacer cosas juntos es la forma más fácil de sentirnos unidxs. Otras necesitamos decir en voz alta tantas emociones no expresadas, o dichas a medias, que se hace imperioso hacer espacio para hablar y escuchar. Pero sea como sea nuestro día a día, es importante que busquemos la manera de tener ratos a solas.
No importa tanto que esos huecos sean largos, como que sean frecuentes. El modo en que cuidamos nuestra relación, en forma de múltiples pequeños detalles, tiene un impacto enorme sobre cómo nos sentimos en ella, porque es regándola cada día como hacemos florecer una relación en la que queremos estar durante mucho tiempo.
Puedes leer más sobre la gestión del tiempo en el postparto en las secciones Los primeros 40 días, La vida que cambia, Tiempo para mi y Haciendo equipo.
Juntxs en familia
A veces añoramos tanto el tiempo a solas con el otro que no disfrutamos al máximo del tiempo en el que estamos juntxs y con los niñxs.
Simplemente charlar sobre cosas que nos gustan, sobre cómo organizarnos para simplificar la vida, y sobre qué nos apetece hacer, mientras viajamos en coche, recogemos la casa, le damos un baño o nos tumbamos con el bebé a la siesta... puede crear un fuerte sentimiento de equipo, de disfrutar juntxs sin falta de estar a solas.
Sentir que estamos en esto juntxs, que ambxs trabajamos para el bien de la familia, significa formar parte de uno de los proyectos más grandes y satisfactorios de toda nuestra vida, sino el que más, teniendo como compañerx de equipo a la persona que hemos escogido para ser el padre o madre de nuestrxs hijxs.
Nuestra actitud en esos momentos, las ganas de aprovechar esos instantes independientemente de cuanto duren, de cuantas interrupciones hayan... puede hacer que disfrutemos mucho más en familia. Si vamos hablando de las cosas importantes con los niñxs delante, tanto de lo que nos ilusiona como de planes y emociones, ellxs participarán o entenderán mejor el día a día y la profundidad de las relaciones. Si por el contrario dejamos todos los temas importantes para cuando ellxs duermen no sólo les privamos de esa oportunidad, sino que además invertimos en esto el tiempo para nosotrxs como pareja, a solas.
Cada vez que abrimos la boca, cada vez que nos miramos a los ojos... de nosotrxs depende el tema de conversación y la actitud hacia el otro.
Sensualidad, mimándonos en los pequeños detalles
Todxs al principio de una relación somos más cuidadosxs con nuestra pareja que cuando caemos en el error de pensar que estará aquí para siempre. Es hermoso que te recuerden cuanto te quieren, es hermoso que te abracen, te besen, te acaricien del modo en que te gusta. Es hermoso ser transparentes, decir lo que sentimos, ser amigxs y amantes además de padres o esposxs. Es hermoso cuidar al otro con pequeños detalles que cambian el color del día.
Muchxs de nosotrxs hacemos a nuestra pareja las cosas que nos gustaría que nos hicieran a nosotrxs, sin plantearnos que el otro tal vez tenga preferencias diferentes, que nuestro mensaje por esta vía tal vez no llegue, que nuestra pareja pese a nuestros esfuerzos siga sintiéndose poco cuidadx o amadx. Así que antes de nada os animo a que os preguntéis ¿qué gestos, qué cosas nos hacen sentir amadxs? ¿son las caricias, las palabras, es mirarse a los ojos, una comida especial, tiempo a solas y sin interrupciones... es el charlar acurrucados en la cama, el dar y recibir un masaje, el hacer el amor con cariño y/o frecuencia? Hablemos con nuestra pareja de ésto, digámosles las cosas que nos mueven, y escuchemos su parte. Si te gustaría que adivinaran tus necesidades pero llevas una larga temporada esperando sin resultados, prueba a hablar con claridad, a veces ni siquiera nosotrxs mismxs sabemos lo que necesitamos hasta que no lo verbalizamos. Desde la exigencia sólo se llega a la escasez, desde la transparencia, el compartir y la generosidad se llega a la abundancia.
A menudo son pequeños detalles los que nos llenan en este aspecto. Contacto en el día a día, un abrazo en un momento bajo, disfrute en los momentos a solas, dormir a lxs niñxs en un lateral de la cama para soñar el uno al lado del otro, un masaje... No hace falta sacar tiempo, sólo recordar que hay muchos motivos por los que hemos escogido a esa persona para crear una familia, y ser cuidadosx con él o ella en el día a día.
Cuidarnos como pareja es una forma "indirecta" de cuidar de nuestrxs hijxs. Ellxs son el fruto de nuestro cariño y se alimentan de él cada día. La felicidad se contagia, cala el ambiente, nos impregna a todxs. No existe la felicidad de mis hijxs aislada de la mía o de la nuestra como pareja. Cada vez que nos damos tiempo a nosotrxs mismxs, individualmente o en pareja... florecemos. Y cuando nuestro bebé vuelve a nuestros brazos le acogemos con otra energía, más liviana, más amorosa.
Hay pocas cosas más importantes para un hijx, muy especialmente cuando aún es pequeñx, que saber que sus padres se quieren. Éste es el nexo que mantiene todo en orden, estable y seguro. Ellxs entienden lo que sentimos, ellxs ven consciente o inconscientemente todos esos detalles, visibles o invisibles, que hacemos por cuidarnos cada día.
Libertad para expresar, tiempo para escuchar
Saber que podemos decir lo que pensamos, que nuestra opinión y necesidades van a ser siempre escuchadas y tenidas en cuenta, es una parte crucial para que nos expresemos plenamente. Si estás cansadx de escuchar quejas, hablar sobre ello, y llegar al acuerdo de que tu pareja las diga todas juntas en los próximos días y que tú las escucharás plenamente. Vamos acumulando emociones, y hace falta dejarlas salir con la garantía de que el otro nos escucha.
Si uno de los miembros de la pareja no está bien, ninguno de los dos está bien. Sólo cuando las necesidades de todxs se tienen en cuenta podemos encontrar plenitud real en la familia. Hablar tanto como haga falta permite que nos demos cuenta de las desigualdades que perpetuamos cada día, y es que a veces la solución es tan sencilla como unas horas de escucha, y una organización con más equilibrio.
Desde mi punto de vista no hay maldad en la incomprensión del otro, raras son las excepciones, sólo miopía. Es decir, incapacidad de ver con perspectiva, o de entender el punto de vista del otro. Y para mi, la solución es clara, todo se entiende al vivirlo. Si hay falta de empatía en una determinada situación, un cambio de roles durante unas horas o unos días nos explica la vivencia del otro, sin necesidad de palabras. Esto pasa especialmente con el cuidado de lxs hijxs porque nuestra sociedad minimiza y desvaloriza este trabajo. Recomiendo a todo hombre que se aventure a estar varias horas a solas con su hijx o hijxs desde que son bien pequeñxs, dará frutos para todxs.
Aunque en los momentos más intensos a veces lo olvidemos, hay muchos motivos que nos han llevado a estar juntxs. Queremos a nuestra pareja y él o ella nos quiere, sino ya nos habríamos separado. Así que es cuestión de decidir como queremos alimentar nuestra relación, y recordar que aunque esté enfadadx, no es, ni soy mezquina.
A solas en pareja
¿Qué cosas hacíamos juntxs antes de ser padres? ¿qué cosas nos gusta ahora hacer juntxs? ¿cuáles de esas cosas ya las hacemos? y ¿cuales nos gustaría mucho hacer, o hacer más a menudo? Hacer una lista nos puede ayudar a reconocer que muchas de las cosas que nos gusta hacer las podemos hacer con nuestrxs hijxs, y las que no, podemos organizarnos para hacerlas cuando duerman, estén entretenidos jugando a solas o cuando estén al cuidado de otras personas.
¿Cuánto tiempo nos gustaría tener a solas cada semana, o cada día)? ¿qué días es más fácil crear ese hueco para nosotrxs? ¿cuál es la mejor hora para que el plan funcione? ¿puede alguien ayudarnos a tener ese rato de intimidad? ¿puede ser algo regular en vez de algo puntual, con o sin ayuda)? A veces dejamos el tiempo de la pareja como la última de las prioridades y perdemos la oportunidad haciendo otras cosas más superfluas. Así que es cuestión de ver nuestra agenda, y crear huecos, dándole al menos tanta importancia como a una reunión de trabajo.
Dejemos espacio también para hablar y vivir la sexualidad, para que al menos dentro de casa deje de ser un tabú. Para hacer los cambios que nos hagan vivirla con más disfrute. Con menos de eso que la sociedad nos ha inyectado a base de pornografía y roles de género, y más de mirarnos a los ojos, de dar cabida a explorar el mínimo contacto que eriza la piel, de entender realmente lo que nos hace disfrutar, de mezclarnos y nutrirnos más allá de un orgasmo.
La sexualidad es una parte muy importante de nuestra vida, de nuestro vínculo. De la sexualidad nacimos, gestamos y nutrimos. Es algo limpio, hermoso, sagrado... que hace, con facilidad y sencillez, nuestra vida más plena.
Si hay tiempo para ver la tele, el ordenador, el móvil... entonces hay tiempo para la intimidad. Si no lo hemos tenido hasta ahora es porque, aunque nos cueste admitirlo, no lo hemos considerado prioritario. Si se puede dormir "poco" por haber visto una película hasta tarde... se puede dormir "poco" por hablar en la cama, por haber jugado a algo juntxs, por haber leído en voz alta, por habernos dado un masaje, por haber hecho el amor sin prisas.
Valle, Diciembre 2017, texto ampliado de la sección Gestionando nuestro tiempo de Mayo 2016