
¿Se puede des-dilatar?
Con todo el énfasis que se le da en el parto a la dilatación del cérvix como forma de "comprobar que evoluciona", es sorprendente la poca cantidad de profesionales que hablan de que el abir y cerrar del cérvix es un camino de dos direcciones. Y es verdad que cuando el parto empieza tiende más a seguir adelante que a dar marcha atrás, pero algo tan real como que nuestro cuerpo se cierra ante situaciones de estrés es a día de hoy negado o desconocido por mucha gente.
¿Por qué es esto? Por un lado porque añade otra variante que rompe la lógica habitual en la que forzamos a entrar al parto. Por otra porque el cambio continuo de profesionales hace fácil pensar que la persona que hizo el tacto anterior se equivocó. Y para rematar porque hay una pirámide de poder en la cual, la opinión de unos cuenta más que la de otros ¡Cuando uno no cree que las papayas existan posiblemente no verá una en su vida!
Es importante siempre que se habla de tactos vaginales recordar que por mucho que la gente se esfuerce en transformar ese dato sensitivo en algo objetivo nunca dejará de ser una valoración subjetiva. Lo cierto es que esta intervención, muy violenta desde mi punto de vista, sólo en contadas ocasiones es útil.
Entonces ¿se puede des-dilatar?
Sí, se puede. Es un hecho que todo profesional que haya pasado horas acompañando mujeres de parto, y ha querido ver, ha seguramente observado.
Que yo sepa, una las primeras matronas que habló internacionalmente de ello fue Ina May Gaskin, matrona de renombre y escritora de varios libros, que lo llama "Pasmo" o "ley del esfínter". Ella describe el cérvix como un esfínter que se abre o cierra en el parto en función de la situación en la que nos encontremos. También mucha gente describe que esto es un mecanismo de seguridad de todos los mamíferos, para poder parar el parto y huir de un posible depredador cuando el parto no sea tan inminente como para parir y correr con el bebé en brazos.
¿En qué momento ocurre?
Puede ocurrir en cualquier fase del parto, incluso en dilatación completa.
Normalmente no es una des-dilatación muy grande, sólo de unos pocos centímetros lo que hace más fácil que algunos profesionales lo achaquen a error del que hizo el tacto anterior. En algunos casos la des-dilatación es más notoria porque ha habido un evento muy estresante o, lo que es más habitual, un cambio importante en el escenario.
La mayoría de las des-dilataciones ocurren en el traslado de casa al hospital. Por este motivo, cuando el plan era parir en el hospital habitualmente nadie hizo un tacto antes de salir. También por este motivo quienes trabajamos acompañando partos en casa sabemos que este fenómeno ocurre.
Muchas mujeres que se sentían bastante de parto se van al hospital y al entrar por la puerta apenas hay contracciones. A mi me parece una protección magnífica porque gracias a ello algunas mujeres vuelven a casa a dilatar un poco más, y otras simplemente ganan unas horas de parto en planta sin que los profesionales hayan empezado a mirar el reloj. El parto no debería de tener tiempos, ni límites.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Lo más importante es saberlo para tenerlo en cuenta. Pero además se pueden tener planes para acolchar una situación así. Por ejemplo, si al llegar al aparcamiento del hospital se observa que el parto se ha frenado se puede dar un paseo, estar en el coche o ir a otra parte durante un rato o unas horas. Mucha gente por el hecho de haberse metido en el coche para ir al hospital ya no baraja darse la vuelta.
Otra de las cosas que podemos hacer es cerrar los ojos y recrear en nuestra mente las condiciones que favorecieron que el parto avanzara. Imaginar que estamos en casa, cómodas y arropadas. También el oído puede ayudarnos a desconectar del mundo y meternos para adentro, tal vez con música, tal vez con una visualización o con afirmaciones. Podemos poner toda nuestra atención en las sensaciones de nuestro cuerpo y del contacto de la persona que nos acompaña con dulzura. Dile a tu útero y a tu bebé que es buen momento para seguir adelante.
Cuantas más horas pasemos dentro de un hospital de parto más intervenciones innecesáreas viviremos en nuestras propias carnes. Por eso es importante evitar llegar pronto al hospital. Y esto es algo significativo, porque si son necesarias se hacen estés el tiempo que estés, pero el modus operandi de ya que estás aquí te llevas el paquete completo es ilegal y peligroso. Por ese motivo se incluyen las intervenciones innecesarias como violencia obstétrica.
Aunque nos hagan creer que no hay nada que podamos hacer, que las decisiones las toman otros, lo cierto es que las decisiones están en nuestra mano en cada paso. Estas son nuestras piernas, que caminan hacia el camino que escogemos a cada paso. Este es nuestro bebé, este es nuestro cuerpo. Nosotras decidimos.
Valle, Mayo 2021