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¿Qué opciones tengo?

Vivimos en una sociedad con predilección por opciones dicotómicas, en este caso parto en el hospital o parto en casa, pero la realidad es que existen muchas más opciones dentro y entre estas dos. 

El lugar que escogemos para dar a luz y las personas que estarán presentes en ese lugar son las decisiones que más van a condicionar el resultado final del parto. 

Muchas, sino todas, las personas que llegan a esta web son conscientes de que la violencia obstétrica existe. Nuestras decisiones están condicionadas por saber de esta realidad, pero también por el miedo que nos han inculcado al parto y/o al dolor. 

Llevamos mucho tiempo escuchando que nuestros cuerpos son imperfectos, que la naturaleza falla... que los médicos y matronas nos salvan de nosotras mismas gracias a la tecnología y a la ciencia, elevada al orden de fe.

A menudo confiamos más en un aparato que en nuestra intuición. Nos hemos ido desconectando de nuestro cuerpo hasta el punto en el que somos un misterio para nosotras mismas. 

Y es desde esa óptica que la inmensa mayoría de las mujeres deciden parir en el hospital, que prefieren delegar que asumir, que prefieren no sentir. Por miedo a equivocarse, por miedo a afrontar el rito de pasaje que es el parto. Cuando toda la atención está en el afuera, cuando toda confirmación de que todo va bien viene de aparatos y manos ajenas, cuando el miedo es la brújula ¿estamos tomando decisiones libres? 

La carga social que llevamos nos condiciona, pero si somos conscientes de ella, podemos profundizar, un poco más libres, en lo que realmente queremos hacer. 

Parto hospitalario

Quienes confían en el hospital, creen que sus protocolos les protegen y están dispuestos a delegar las decisiones en manos del profesional que les toque asumiendo que "es el que sabe", se sienten plenamente cómodos y seguros yendo a parir al hospital. A menudo no se preocupan por llegar allí "demasiado pronto", sino que más bien les preocupa llegar tarde. Desde ese punto de vista es probable que el camino que la seguridad social les ofrece, de cara al seguimiento en el embarazo y al parto, les parezca bien.

 

Sin embargo hay muchas otras personas que aceptan ir al hospital porque les han dicho que es el único lugar seguro, pero quieren que su parto sea  intervenido sólo si es estrictamente necesario y respetado. Es decir, que el trato sea respetuoso y que se respeten las decisiones que decidan tomar. Desde este lugar es importante saber que podemos escoger el hospital que queramos para parir, que podemos pedir un traslado de expediente para facilitarles el trabajo, pero que si nos pilla de sorpresa visitando a una amiga en otra ciudad nos van a atender igual. 

¿Hay hospitales "mejores" que otros? Sí, o más bien hay hábitos hospitalarios más intervencionistas, sin justificación, que otros. Muchas veces esta forma de trabajar está pactada en lenguaje verbal, o no verbal, y raramente cuando te dicen "aquí se hace así" o mencionan el "protocolo" no significa que éste exista por escrito. Pero es que además dentro de esos hospitales hay profesionales, con sus múltiples formas de trabajar que varían en una amplia escala de grises entre el más intervencionista y el más respetuoso. Si alguien no te trata bien pide que te cambien de profesional, pero quién estará trabajando el día en que llegues de parto es una ruleta rusa. La mejor forma de informarte de esto es en las reuniones de El Parto es Nuestro, donde otras mujeres que recientemente han parido en esos hospitales te pueden contar su experiencia de primera mano.

¿Qué cosas sí que puedes controlar?

 

  • Puedes escoger el hospital. Los comarcales suelen tener mejor fama que los hospitales universitarios, los hospitales públicos suelen ser menos intervencionistas sin motivo que los privados. 

  • Puedes tener más información y herramientas para decidir si quieres ir o no con contracciones más o menos rítmicas, al romper la bolsa, o qué hacer si se acercas a la semana 42.

  • Puedes llegar al hospital con el parto más o menos avanzado. Hay una correlación directa entre horas de parto dentro del hospital y número de intervenciones.

  • Puedes tener a alguien con experiencia en partos, doula o matrona, acompañándote en la dilatación en casa. Puede ayudarte a gestionar la intensidad del parto, a disfrutar de esa parte del parto en calma, en casa, y a decidir cuándo es buen momento para ir al hospital.

  • También puedes seguir teniendo ese apoyo dentro del hospital, el problema es que en España en la mayoría de los hospitales sólo se permite un acompañante con la mujer de parto, y normalmente se prefiere que la pareja ocupe ese lugar.

Con el paso de los años acompañando partos respetados y fisiológicos ahora sabemos estimar bastante bien en qué fase está una mujer de parto con sólo saber a groso modo cómo ha evolucionado el parto y oír su voz durante varias contracciones. No siempre se acierta sin tener a la persona delante, algunas mujeres nos sorprenden, pero si nuestro feedback te puede venir bien puedes leer más sobre nuestro acompañamiento telefónico.

Parto en casa

Si, como nosotras, sientes más miedo ante la idea de parir en el hospital que en casa, sabes que tu cuerpo está diseñado a la perfección para parir, eres capaz de tomar decisiones por ti misma y confías en que la vida te dará la experiencia que más necesitas para crecer... entonces las opciones que se barajan son otras muy distintas a que se plantea quien quiere parir en el hospital. 

En este caso tú decides el lugar, tú decides quién te acompaña, o si quieres estar a solas, tú decides quién entra y quién sale, tú decides qué quieres hacer cuando las cosas se desvían de la normalidad, tú decides cómo quieres que sea tu parto. Si escoges tener una matrona, o una partera, a tu lado es importante que sepas cómo trabaja. Si decides tener un parto autogestionado, es importante que tengas a tu alcance las medidas que te hagan sentir tranquila y segura.

Decidas lo que decidas, decide por ti misma.

Valle, Enero 2020

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