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Parir en un piso

A todas las parejas que viven en piso les cuesta imaginar cómo es un parto en una casa con paredes de papel. Creo que todos nos han inculcado tanto la imagen de que en el parto se grita que tememos alertar o despertar a todo el vecindario. 

 

Lo cierto es que en el parto no se suele gritar, sino que más bien se suele gemir. Las personas se asustan cuando se escucha gritar a alguien, pero no tenemos la misma reacción cuando oímos gemir. Así que a menudo bromeamos con que los vecinos posiblemente pensarán que lleváis un día/noche de sexo alocado más que asumir que estáis de parto. Porque un parto no sólo es un acto sexual, sino que suena a sexo.

 

Además cualquiera puede entender, más en tiempo de coronavirus, que si estáis de inicio de parto no vais a ir corriendo al hospital. Tanto si es vuestro plan dilatar en casa como si planeáis un parto en casa podéis decir, en el raro caso de que un vecino pique a la puerta, que estáis esperando a que el parto coja fuerza para ir para allá. 

 

Lo cierto es que hemos tenido bastantes partos en piso, y nunca ningún vecino picó a la puerta, tanto menos llamó a la policía. Creo que antes de optar por tales medidas se acercarían el rellano para entender mejor lo que está pasando. Por ese motivo, y por ser ésta una preocupación muy recurrente, algunas parejas optaron por poner un papel en la puerta diciendo a su manera "disculpen las molestias, estamos de inicio de parto". 

 

Dependiendo de la relación con los vecinos se les puede avisar de que se planea estar "de inicio de parto" durante bastantes horas en casa, o incluso profundizar en la importancia de llegar al hospital con el parto avanzado para tener mejores resultados. 

 

Pero lo que siempre nos llamó la atención es que muchas familias preguntaron a múltiples vecinos con intención de disculparse si les habían despertado, y curiosamente nadie oyó nada, o en casos raros lo poco que escucharon no les causó ninguna preocupación.

 

Y eso nos hizo darnos cuenta de que cuando estamos pariendo oímos nuestra voz con mucha fuerza, pero que desde afuera no se percibe tan intensa. Cuando empezamos a grabar vídeo en algunos partos nos dimos cuenta de que el recuerdo interno de la mujer era normalmente más ruidoso que el que veía en el vídeo de su parto. 

 

También el saber que las paredes son de papel nos puede ayudar a valorar en qué espacios de la casa nos sentimos más cómodas, o incluso si preferimos parir en otra casa donde sintamos que nos podemos expresar sin cohibición. 

 

Quien esté a nuestro lado puede tomar pequeñas medidas para que los vecinos no nos oigan o nos sintamos más cómodas, como cerrar ventanas o puertas en las fases más potentes, gemir a nuestro lado, acompañándonos, o poner música.

 

Más importante que si los vecinos oyen o no, es que nos sintamos cómodas. Si éste u otro tema te preocupa, simplemente busca soluciones, o confía en que el parto será perfecto, sea como sea. 

 

 

Valle, Abril 2020

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