
Nacimiento de Orión
Mi primer parto fue una inducción innecesaria que acabó en cesárea de urgencia, eso me dejó emocionalmente muy dañada y a la vez me ayudo a empoderarme e informarme de todo lo que estuvo mal y aprender sobre el parto natural y respetado.
El segundo embarazo lo pasé con muchos miedos por el trauma del primero y no quería parir en hospital y además fue en 2020 y los protocolos covid me ponían los pelos de punta. Me plantee el parto autogestionado y leí mucho, pregunté alguna vez aquí sobre esto y me aconsejasteis mucho. Finalmente fue un precioso parto en casa acompañados de Laura Sola y Ariana Torres (el relato está en su web también).
Esta vez, no tenía esos miedos, había conseguido antes mi PVDC y me sentía fuerte y capaz. Y aunque no me daba ningún miedo el parto autogestionado, vivimos lejos de toda la familia y si algo iba mal, me tendría que ir sola al hospital porque mi marido debía estar con las niñas.
Conocimos a Raquel y a Clém de "Dar a luz" en Asturias y fueron maravillosas. Llevamos el embarazo con ellas y está vez rechace algunas pruebas de la seguridad social como la de la glucosa y los monitores (a esta tampoco fui en el embarazo anterior). En el transcurso de mi embarazo perdí a mi madre en un accidente y emocionalmente no ha sido fácil, además se sumaba la culpa de sentirme así estando embarazada y que mi bebé me sintiera tan triste.
Desde la semana 36/37 empecé con contracciones irregulares algunos días sueltos llegando la noche, lo cual me hizo pensar que el parto estaría próximo, pero no fue así. Las últimas semanas estaba bastante cansada y sentí que perdía la conexión con mi cuerpo porque no reconocía bien sus señales y sentía que no reconocería pronto la señal de parto.
Llegamos a la semana 41+1 y me levanto llena de energía, le digo a mi marido que salgamos por ahí con las niñas que yo estoy genial, el me dice que hagamos algo más suave por si acaso, porque esos días cuando salíamos a pasear yo llegaba agotada. Lo hacemos así, vamos al parque, nos tomamos algo los 4 tranquilos y volvemos pronto a casa. Cuando voy a dormir a las niñas sobre las 22h, empiezo a tener contracciones que duelen bastante. Al cabo de una hora yo ya se que eso va en serio y me preparo las cosas del parto en la otra habitación que tenemos vacía para no molestar a las niñas. Mi marido me ve y se va a preparar caldo para ir dándomelo y se queda estudiando, a mi me apetecía estar sola y me pongo un audio de sonido de mar y olas en la cama, las contracciones son cada vez más dolorosas y le digo ya que se quede conmigo y me traiga una bolsa de agua caliente para el dolor. Nos quedamos abrazados en la cama hablando entre contracciones de cosas bonitas. Él me anima a llamar a Raquel y a Clém pero me sentía bien para seguir sola aún y si se alargaba prefería llevarlo así de momento. A la 1 y algo les llamamos y pueden oírme con algunas contracciones, tenían 2 horas de camino porque vivimos en Cantabria. Después de eso ya no quiero estar en la cama, pruebo una contracción en la pelota y otra a 4 patas pero son insoportables y solo quiero estar de pie moviendo las caderas. Mi marido me las sujeta en cada contracción y así voy por la habitación. Desde que dormí a las niñas tengo diarrea y tengo que estar yendo al baño a cada momento así que la última vez quise irme a la ducha a limpiarme bien y quedarme ahí con el calor. Estando ahí mi hija mayor (7años) se levanta y se queda con nosotros. Me quedo de pie dentro de la ducha y mi marido me echa agua en la zona lumbar, no soporto el dolor si aparta el agua y en un momento grito, "¡¡¡que venga Raquel ya!!!" Y mi marido me dice que les queda una hora aún. Estoy en el expulsivo y me doy cuenta que lo haremos solos, así que me lleno de calma ¡y me lanzo a ello! En unos pujos lo tenía en brazos, salió con una vuelta de cordón y un nudo, se lo quitamos y lo abrazamos. Este expulsivo me dolió bastante, fue más grande que mis hijas, pesó 3,640kg y midió 53cm. Era la semana 41+2. Mi niño Orión llegó a su casa a las 4:15h, el 14 de marzo de 2022, entre el amor de sus padres y sus hermanas que lo adoran. Raquel y Clem llegaron antes de que saliera la placenta. Me siento súper feliz de haber podido hacerlo así, creo que para mí no podría haber sido todo más precioso.
Zaida, Selaya, Cantabria, Mayo 2023