
Raquel
Doy gracias a mi madre que me mostró y transmitió la confianza y la seguridad que desde niña he sentido respecto al embarazo, nacimiento y crianza. Fruto de un parto feliz, gratificante y maravilloso que fue el nuestro (suyo y mío) hace 25 años en Pruvia, acompañada de mi padre y de sus amigos y profesionales Valentín y María, gracias a ello tengo tan claro desde siempre que dar a luz en casa es la manera natural y responsable de parir.
Mi cuerpo sabe que tiene que hacer y Jana también, estará lista en el momento necesario para girar, descender y comenzar su vida en el exterior de la mejor manera para nosotras. Dándonos la oportunidad de disfrutar de un viaje que será único y placentero.
Y para aquellos que piensen que es una decisión imprudente, irresponsable, un capricho o incluso una locura decirles que aparte de mi vivencia personal respecto al parto en casa, siento, creo y sé gracias a la formación llevada a cabo en estos dos últimos años de trabajo acompañando a mujeres de parto en sus hogares que es la decisión más segura para mí y mi bebé.
No quiero oxitocina sintética en mi parto, no quiero episiotomía en mi periné, no quiero que se corte el cordón que nos une a mi hija y a mí hasta que haya dejado de latir, no quiero que se aparte a mi pareja de nosotras, no quiero arriesgarme a que me hagan una cesárea innecesaria, no quiero que me quiten a mi hija de los brazos para pesarla, medirla ni incluso para reanimarla si hiciera falta y todas estas cosas son, lamentablemente, a lo que te expones en cualquier hospital español y eso teniendo suerte.
Sin mencionar que esta rueda de intervenciones al que llaman protocolo aumentará el riesgo de sufrimiento fetal y de un parto instrumentalizado como forcéps, ventosa, kristeller o incluso cesárea, lo que supondría una horrible experiencia en mi vida.
Así que, aquí, en nuestro nuevo hogar, en Somao, esperamos David y yo impacientes a nuestra hija ¡Bienvenida seas Jana!
Raquel, Marzo 2015