
Hablando de seguridad
Esta sección cuestiona el uso del término "seguro" en el parto y en la vida, habla de los motivos que condicionan que el parto fuera del hospital se vea como algo peligroso, de las personas que definen por nosotras qué es y qué no es seguro y de que la seguridad es una sensación que no siempre necesita de estadísticas.
Si quieres leer más sobre la seguridad del parto en casa, lee la sección La normalización del parto hospitalario que habla del paso del parto en casa al parto hospitalario y cómo este ambiente puede estar cambiando la seguridad de parir, y la sección La evidencia y sus limitaciones que habla de la evidencia que respalda el parto en casa, sus puntos fuertes y sus limitaciones.
Si queréis leer los motivos que nos llevaron a decidir que nuestro hogar era el lugar perfecto para recibir a nuestro bebé, podéis leer la sección ¿Por qué parir en casa?
¿Es seguro la palabra adecuada?
La palabra seguro hace referencia a algo exento de riesgo o peligro.
¿Está el parto en casa exento de riesgo o peligro? No ¿Está el parto en el hospital exento de riesgo o peligro? No ¿Está salir a la calle exento de riesgo o peligro? No. El parto en si mismo no es una cosa segura, es una transición, es un pasaje, una aventura dentro de la vida, un proceso fisiológico que funciona de maravilla pero que no nos garantiza nada.
La vida tiene muchos adjetivos, pero segura, no es uno de ellos. Vivir es tan seguro como la vida misma. No existen caminos sin riesgo, existen simplemente opciones diversas que nos permiten escoger qué riesgo preferimos asumir.
¿Es el parto en casa una opción segura?
Empiezo por traducir otro fragmento del artículo ya citado arriba de Marsden Wagner Los peces no ven el agua: la necesidad de humanizar el parto:
"Muchos médicos y sus organizaciones siguen creyendo en los peligros del parto fuera del hospital, rechazando la abrumadora evidencia sobre la seguridad del parto en casa para mujeres de bajo riesgo. La respuesta de estos médicos es "¿Qué pasa si hay un parto en casa y algo se complica?" Como la mayoría de los médicos nunca han asistido un parto en casa, muchos de sus "¿y que pasa si...?" están basados en varias asunciones falsas.
La primera es que en el parto las cosas ocurren de pronto. De hecho, con muy pocas excepciones, todo ocurre lentamente durante el parto y una verdadera emergencia donde los segundos cuentan es extremadamente rara, y como veremos abajo, a menudo en estos casos la matrona en casa o en la casa de nacimientos puede encargarse de ella.
La segunda falsa asunción, que cuando los problemas aparecen no hay nada que una matrona fuera del hospital pueda hacer, sólo puede pensarla alguien que nunca ha observado matronas trabajando fuera del hospital. Una matrona formada puede prever las dificultades y a menudo evitar que ocurran ya que ella proporciona constante cuidado one-to-one (una mujer, una matrona) a la mujer de parto, cosa poco frecuente en el hospital donde a menudo las matronas sólo pueden echar un vistazo ocasionalmente a las mujeres de las que son responsables. Si un problema aparece, con pocas excepciones, la matrona en casa puede hacer todo lo que se puede hacer en el hospital, incluido administrar oxígeno, etc. [...]
La tercera falsa asunción es que en el hospital habrá una respuesta más rápida ante complicaciones. La verdad es que en la mayoría de las clínicas privadas el médico no está ni siquiera dentro del hospital y será llamado cuando los problemas aparezcan. El tiempo de "traslado del médico" es igual al tiempo de traslado desde la casa o la casa de nacimientos. Incluso en los partos hospitalarios, cuando hay que hacer una cesárea, suele llevar una media de 30 minutos para que el hospital se prepare para quirófano, llame al anestesista, etc. En un estudio de 117 partos hospitalarios con cesáreas de emergencia por sufrimiento fetal, en el 52% de los casos el tiempo decisión-incisión fue mayor a 30 minutos. Así que en este tiempo tanto el médico de la clínica privada, como la mujer de parto en casa, estarán de camino al hospital. Este es el motivo por el que es tan importante una buena relación entre la matrona quien atiende en casa y el hospital, para que cuando la matrona llame al hospital para informar del traslado, el hospital no pierda nada de tiempo en hacer los preparativos necesarios para la mujer que llega."
Es curioso observar como el parto hospitalario se implantó vendiéndolo como más seguro cuando no había ni estudio ni evidencia clínica y sin embargo nos pasemos décadas desde entonces haciendo estudios para demostrar que el parto en casa es, al menos, igual de seguro. Aún así, cada vez más sólida, la evidencia llega. Pero ¿quién define qué es y qué no es seguro?
¿Quién define qué es seguro?
Lo definen estudios, científicos y grupos profesionales, personas ajenas a esa mujer y ese parto, personas que ponen los límites a la normalidad estrechando cada vez más el espacio de los sanos. Tener un embarazo de bajo riesgo es un título cada vez más difícil de adquirir.
Desde afuera se crean grandes y gruesos márgenes que delimitan el poco espacio donde cabe el parto en casa. Las condiciones incluyen la absoluta salud de la mujer y su bebé, el profesional mejor cualificado a su lado, el material más completo que cubra todos los "¿y si...?", la distancia mínima a un hospital... el parto en casa es una opción tan poco aceptada que a menudo ni con la carta blanca y las mejores condiciones se tiene apoyo.
Cuando la etiqueta de cualquier desviación de la normalidad se posa sobre nosotros el rumbo de nuestro parto cambia. La presión aumenta en nuestro entorno por parte de nuestros familiares y de los profesionales con los que entremos en contacto. De repente todos se sienten en la posición de recordarnos la patología en nuestro cuerpo, todos le dan énfasis, para que decidamos lo que decidamos no sea sin conocer los riesgos.
Poniendo esos límites se pretende mantener bajo control las decisiones de las mujeres, a las que demasiado a menudo se nos considera ignorantes de los riesgos.
La realidad oculta es que nosotras definimos qué es seguro. No necesitamos permiso ajeno para parir en el lugar que queremos.
No todos necesitamos estudios
Mi madre contaba que cuando decía que había dado a luz en casa le contestaban ¡qué valiente! y ella respondía o pensaba para sus adentros que más valor hacía falta para hacerlo en el ambiente hostil de un hospital.
El sentimiento de seguridad es una sensación subjetiva, una valoración íntima que no siempre se puede racionalizar.
Es una sensación profunda de que una decisión es la correcta para nosotros, que a menudo no necesita que ningún estudio lo "demuestre" seguro en una población y unas condiciones ajenas a las nuestras. Se hagan los estudios que se hagan habrá mujeres que preferirán dar a luz en el hospital y mujeres que preferirán hacerlo en casa, cada uno escogerá el lugar que le hace sentir "más seguro", sabiendo que es una elección, sin garantías.
Los estudios hablan de poblaciones, heterogéneas, llenas de individuos únicos, de profesionales únicos, de circunstancias únicas que a duras penas se pueden extrapolar a otra población similar. Además los resultados de las investigaciones están enormemente influenciados por la visión de los investigadores, para reducir ese sesgo crearon el doble y triple ciego pero no siempre se puede aplicar.
Por eso debemos ser conscientes de las limitaciones de la evidencia, de lo enorme que es el universo de lo que aún no se ha estudiado, y utilicemos los datos que nos ofrece para informar, pero nunca para imponer la elección considerada correcta. Que el parto planeado en casa para embarazadas de bajo riesgo se ''demuestre'' tan seguro como el parto hospitalario nunca puede significar que algunas mujeres no puedan parir donde ellas quieran. Empecemos a mirar las cosas desde la óptica de la libertad individual en vez de desde la polaridad de lo correcto y lo incorrecto.
¿Asumes o confías?
La sensación de seguridad está estrechamente ligada a la responsabilidad que asumimos en nuestra vida o a la fe ciega que tenemos en el profesional.
Podemos sentirnos profundamente seguros porque confiamos ciegamente en el criterio de otros, en su buena fe, en que defenderá nuestros intereses y nuestra "seguridad" por encima de todo, o podemos sentirnos seguros porque sabemos que la decisión de cada paso en nuestra vida está en nuestras manos, porque sabiendo que seguro no hay nada, escogemos conscientemente el camino que nos hace sentir más en paz. Para leer más sobre este tema ve a la sección Responsabilidad ¿Quién la asume?
Conclusión
Hacía tiempo que había dejado de meterme en discusiones sobre la seguridad del parto en casa, de defenderlo a capa y espada, y simplemente considerarlo la opción correcta para algunos, la opción correcta para mi, sin necesidad de respaldar mis decisiones con la evidencia científica, sin necesidad de convencer a nadie con estadísticas.
Pero en septiembre del 2016 escuché el audio de Indie Birth ¿Es el parto en casa seguro? y otras preguntas estúpidas que deberíamos de dejar de preguntar y esos 40 minutos pusieron cada cosa en su lugar. Pone palabras a muchos pensamientos que tenía desde hace tiempo y me da la libertad para dejar completamente de luchar por defender el parto en casa y enfocar mi energía en el futuro que anhelo e imagino para los partos en casa. Un futuro en el que el énfasis está en el respeto por las decisiones de cada familia y no en la seguridad medida con una regla mal calibrada. Os animo a escucharlo, no tiene desperdicio.
Valle, Noviembre 2016