
El plan de parto para el hospital
Esta sección engloba ideas para redactar un plan de parto para el hospital, decidas donde decidas parir. El plan de parto es un texto que recopila todas las cosas que son importantes para nosotres* en el parto, lo que nos gustaría que ocurriera y lo que queremos evitar que ocurra.
Este plan es útil tanto si planeas un parto en casa como uno hospitalario. Quienes planeamos un parto en casa a menudo tenemos dos hospitales de referencia, el más cercano al que se acudiría en una urgencia, y el de elección que sería al que trasladaríamos si el motivo de traslado no es urgente. Como en un parto planeado en casa también puede haber un traslado, está bien hacer un plan para cada lugar.
Para las que planeamos un parto en casa, entregar un plan de parto al hospital es por un lado un acto reivindicativo, reclamando una atención cada vez más respetuosa en los hospitales, y por otro una forma hacernos más fácil el manifestar nuestras necesidades si un traslado es necesario.
En los últimos años el plan de parto en el hospital ha ganado aceptación y ya no se criminaliza a las personas que llegan con este documento. Aunque se sigue viendo como desafiante por muches profesionales que aún no entienden que trabajamos al servicio de personas en vez de creer que éstas deben someterse a nuestra forma de trabajar. El ministerio de salud ofrece opciones de plan de parto en las cartillas de embarazo, páginas 22 y 23, y a través del documento Plan de parto y nacimiento en la estrategia de atención al parto normal. Como primer contacto con el tema estos documentos no están mal, pero esperar que las embarazadas se limiten a estos documentos es hacerles creer que sólo existen estas opciones, que son extremadamente básicas y limitantes. Otras páginas o ejemplos pueden ofrecer bastante más información, como la página de el Parto es Nuestro, EPEN, o este enlace de Crianza Natural.
Cuando se crea un plan de parto, uno tiene que encontrar el equilibrio entre: lo que cree que es realmente importante que se respete en su parto, los muchos detalles que quiere añadir que mejorarán su experiencia, y el hacerlo lo más sencillo y claro posible para que quien lo lea no se sienta abrumade ni, a ser posible, intimidade. No es un equilibrio fácil.
Priorizar
Para mi el aspecto más importante en un plan de parto es tener claro qué aspectos son los más importantes para nosotres y queremos defender a capa y espada. Para ayudar en esta toma de decisiones nosotras usamos las cartas para el plan de parto. Cada una de ellas aborda una intervención por un lado y su opuesto, dejando el parto fluir sin interrupciones, por el otro. Al principio cogemos todas las cartas y dejamos boca arriba la opción que preferimos, y cuando esto está hecho escogemos de todas esas cartas las 3 que son para nosotres más importantes.
Tener claro que es prioritario para nosotres nos ayuda para empezar a nosotres mismes, pero también a compartir nuestras preferencias con nuestra pareja y les profesionales que nos acompañen en el parto.
¿Respetan los planes de parto?
Es importante recordar que escribamos lo que escribamos, nuestro plan de parto no puede ser rechazado. El artículo ¿Pueden rechazar mi plan de parto? de EPEN, nos recuerda que:
Sólo la propia persona puede decidir sobre su salud y su cuerpo, hasta el punto de que una persona puede elegir vivir o morir. Es un derecho inherente a la dignidad humana y su configuración es independiente de si el tratamiento está indicado o no. No digamos si, como es el caso de intervenciones rutinarias como la administración de oxitocina sintética o la episiotomía, el tratamiento que se indica ni siquiera está indicado. En ese caso, la actuación sanitaria estaría violando, a la vez, la dignidad de la mujer y su derecho a recibir una atención médica adecuada.
Lamentablemente esto no significa que tenga que ser respetado, ya que hay algunas situaciones en las que por cuestión de urgencia algunas cosas se pasarán por alto buscando la salud del bebé y quien le gesta, y en otras muchas las ideas rígidas de aún muches profesionales harán que su forma de trabajar y los protocolos a los que están acostumbrados primen por encima del respeto por nuestras decisiones. El miedo a salirse de ellos puede ser un buen motivo para ello, pero poco a poco tenemos que ir abriendo horizontes.
Desde mi punto de vista un buen plan de parto no debería tener la frase "a no ser que esté clínicamente indicado" ya que eso supone carta blanca para que les profesionales intervengan, puesto que el criterio de lo que esta indicado, o no, varía sustancialmente de unes a otres. Os animo a informaros de cuándo están indicadas las diferentes intervenciones para que nadie os venda gato por liebre. Aquí abajo os comparto mi punto de vista sobre cada una de ellas.
Ideas para el plan de parto
Las personas y el escenario
Donde dar a luz es una decisión muy personal, no existe una opción válida para todes, sino que cada une tiene que encontrar el lugar en el que se siente segure y a gusto. Dependiendo del tipo de parto al que aspiramos, un lugar será más apropiado que otro para que nuestros deseos se cumplan. Para quien sea importante tener la epidural disponible, la "seguridad" de une ginecóloge cerca y no quiera que su parto se alargue demasiado... casi cualquier hospital español será ideal para tener a su bebé. Pero para quien quiera moverse, comer y beber, no ser tentado con medicación para el dolor y permitir que la naturaleza dicte cuanto dura su parto... muchos hospitales pueden convertirse en un campo de batalla.
Les profesionales estamos para proteger el bienestar de la madre y el bebé pero la realidad es que somos PELIGROSOS. Nos han formado para intervenir, y lo hacemos tan bien, que si las parejas nos lo permiten, lo hacemos hasta cuando no hace falta, más aún ante una situación nueva o como reacción instintiva al miedo cuando nos salimos de nuestro margen de seguridad.
Lo ideal es conocer bien al profesional que nos acompañará en el parto, saber cual es su punto de vista, como actúa... y tener muchas ocasiones para contarle, sin esperar que nos lea la mente, cómo queremos que sea nuestro parto y qué es importante para nosotres.
Cuando planeamos un parto en casa en la mayoría de los casos conocemos a quienes estarán en nuestro parto, cuando lo hacemos en el hospital las posibilidades de que les conozcamos son bajas, menores aún de haber tenido tiempo y espacio para expresarles nuestras necesidades, el plan de parto pretende facilitarnos esa tarea.
Recuperando el poder, asumiendo la responsabilidad
En primer lugar, es importante recordar que aunque los planes de parto no son fácilmente respetados, a nivel legal tienen peso y ante una denuncia les profesionales deben tener una justificación razonable para no haberlo respetarlo. Podemos negarnos a cualquier test o intervención como cita la ley de autonomía del paciente. Tenemos que empezar a ver a les profesionales como fuentes de información, sin delegar en elles el poder de decidir por nosotres.
Personalmente creo que es muy importante presentar planes de parto porque plasman las necesidades de cada familia en la atención de deben recibir, y con optimismo pienso que son el motor que poco a poco fuerza el engranaje del cambio hacia un acompañamiento mas respetuoso.
Las intervenciones no son malas o buenas intrínsecamente, muchas de ellas salvan vidas cuando se utilizan adecuadamente, pero crean riesgos que no existían cuando son usadas sin necesidad. Ante la duda de si es o no necesario, mejor no intervenir. A continuación voy a ir desglosando y comentando mi opinión sobre la justificación, o no, de ciertas intervenciones.
Inducción/inicio espontáneo del parto
Hay contadas circunstancias en que es una buena idea forzar a empezar el parto, por ejemplo un bebé que pierde peso intraútero o que la vida de la madre se encuentre en peligro si continúa el embarazo, por ejemplo en una pre-eclampsia severa.
Empezar el parto artificialmente no es sólo desoír que la naturaleza hace las cosas por un motivo, aunque nosotres no lo entendamos, sino que es empezar el parto con mal pie. Es le bebé quien inicia el parto, cuando está liste, no cuando nosotres desde afuera consideremos que es un buen momento.
Una inducción va ligada a muchas otras cosas, significa que no saldrás del hospital embarazada y que para conseguirlo utilizarán prostaglandinas para ablandar el cérvix, romperán la bolsa en cuanto puedan hacerlo, posiblemente pondrán oxitocina sintética para mantener las contracciones o aumentarlas, será más doloroso (debido a la medicación), y hay más posibilidades de que al corazón del bebé le cueste seguir el ritmo. Como último recurso, la cesárea, muchas de ellas simplemente porque la inducción no funcionó.
Para mi es muy importante no intervenir como forma de "prevención" porque ciertos estudios digan que hay más complicaciones cuando los embarazos duran más de 40 semanas, no de 42, sino que en cuanto tocas la fecha posible de parto una va derechita al fondo del barranco. Cada familia tiene que decidir si prefiere asumir los riesgos de ir más allá de la semana 42 o los de la inducción. Puedes leer los alentadores riesgos del embarazo "prologado" en las páginas de la 42 a la 47 de las guías NICE para Inducción del parto.
El mismo argumento es aplicable que la bolsa se rompa y el parto no empiece. El mismo documento que acabo de citar de las guías NICE ni siquiera habla de la posibilidad de pasar más de 24 horas con bolsa rota y sin inducción. Otra guía clínica mucho más completa, Manejo de la ruptura de membranas a término, de las matronas de Ontario, ofrece mucha más luz en el asunto. Habla de que no hay diferencias importantes en las complicaciones entre inducción o esperar y que lo que más aumenta el riesgo de infección es hacer tactos vaginales.
Cuando planeamos un parto en el hospital es probable que si nos encontramos ante las situaciones anteriores nos animen o coaccionen para optar por una inducción. Siempre podemos negarnos, siempre existe la posibilidad de ejercer nuestra libertad y escoger esperar. Una pareja que conocíamos pero habían planeado un parto en el hospital nos llamó un día pidiendo información sobre inducción por bolsa rota/abierta ya que era la situación en la que se encontraban y la única opción que les ofrecían en el hospital. Salieron de allí con un alta voluntaria y tuvieron un hermoso parto en casa en el agua dos días después.
Romper la bolsa
Se hace con la creencia de que acelera el parto ¿tanta prisa tenemos que rompemos la protección natural que rodea al bebé? Yo nunca rompo la bolsa y es que sólo le veo desventajas. Es maravilloso presencial el nacimiento de un bebé que nace envuelto por la bolsa de las aguas. Gracias Sancho, gracias Martín... por nacer así y recordarnos lo especial y distinto que es ver nacer a bebés de este modo.
Si no queréis que os rompan la bolsa os animo a recordárselo a quien os atienda en el hospital antes de cada tacto vaginal, ya que está tan normalizado que a veces se dice y se hace sin esperar respuesta o sin siquiera pedir permiso, aunque espero que la gente que hace eso se vaya jubilando poco a poco.
Medicación para el dolor
El parto es una experiencia intensa, una transición, un punto y final antes del inicio de una nueva etapa. Hay partos de todos los colores, tantos como personas y bebés, hay partos duros y partos fáciles, hay partos super dolorosos y partos extáticos, pero parir no es un experiencia diseñada para pasarnos desapercibida.
Todas podemos parir, todas podemos aguantar el parto más intenso. El parto va a enseñarnos que somos capaces de llegar más allá de nuestro límite ¡lección valiosa para el postparto! pero habrá un momento en que tal vez sintamos que es mucho para nosotras y busquemos los recursos disponibles para aliviar ese dolor. Si estamos en nuestra casa buscaremos una mano amiga, un beso, un masaje, sumergirnos en agua caliente, movernos, expresarnos libremente a través de la voz... si estamos en un hospital pediremos la medicación más fuerte. Y eso no significa que no seamos capaces, sólo que en ese instante tenemos miedo de no serlo... en ese instante sólo necesitamos tiempo y tal vez una persona a nuestro lado que no ha perdido la fe, que sabe perfectamente que vamos a conseguirlo.
Si te gustaría tener un parto sin epidural, busca el ambiente más idóneo para que te sientas segura y tranquila, asegúrate de que tu pareja se ha preparado y sabe apoyarte en los momentos intensos, y evita entrar en el hospital, si ese es tu plan, hasta que el parto no esté bastante avanzado.
Dilatación/parto en el agua
Muchas mujeres me han dicho lo placentero que les resultó sumergirse en el agua cuando ya sentían que no podían más. El calor del agua, la sensación de flotar y el cambio de ambiente nos da energía de nuevo y recuperamos la sensación de ser capaces de seguir adelante. El agua es una buena herramienta, una ducha puede ya ser de gran ayuda, meterse en la bañera puede estar bien, pero la piscina de partos da mucha más libertad de movimiento ayudándonos a relajar el cuerpo.
Dar a luz o no en el agua es sólo cuestión de gustos, sino de dónde nos sentimos más cómodes en el momento y de dónde estábamos en el momento en que empezamos a ver la cabeza asomar.
Cada vez más hospitales cuentan con piscinas de partos, aunque a día de hoy algunos las tienen como decoración por la falta de familiaridad de les profesionales con la dilatación, y sobre todo el parto, en el agua. Duchas hay en todos los hospitales, y pueden ser una opción muy accesible allá donde estemos.
¿Falta de progreso o falta de paciencia?
Existe la creencia, transmitida de profesional a profesional, de que el parto debe ocurrir dentro de unos determinados límites de tiempo. A mi en Inglaterra me enseñaron que una mujer en fase activa (>4 cm) se le ofrecen tactos cada 4 horas y que debe progresar a al menos 1 cm cada dos horas. Me entristece saber que muchos hospitales españoles son aún más optimistas y por ello quienes paren en ellos deben ser el doble de eficientes para poder hacerlo por sus propios medios.
Yo no creo que tener un parto largo sea más peligroso para una mujer y/o su bebé que acelerarlo con oxitocina y/o terminarlo con una ventoso o cesárea. Por lo que si un parto dura varios días no asumo que hay un problema físico o emocional sino que, en este momento de mi carrera, creo que es natural que haya partos así. Si todo está bien, que el reloj no dicte cuanto duran nuestros partos.
Nosotras valoramos el progreso en el parto observando la actitud de quien pare, en sus gestos, sus gemidos, sus palabras... Tenemos descrito como lo hacemos en nuestro acompañamiento al parto. No hacemos tactos vaginales, excepto si estamos considerando un traslado, y creemos que éstos generan más problemas de los que solucionan además de ser la llave que abre la puerta a la mayoría de las intervenciones. A las mujeres que me encuentro que van a parir al hospital las animo a negarse a ellos, lamentablemente esa idea es tan revolucionaria que las someten a presión hasta que consiguen hacerlos, lo cual es violencia obstétrica en si mismo.
Cuando no se hacen tactos: no se rompe la bolsa, no se debería usar oxitocina sintética, ni hacer partos instrumentales ni cesáreas por falta de progreso. Lamentablemente muches profesionales, dentro y fuera del hospital, siguen rígidos patrones de progreso que nos exponen a intervenciones si no cumplimos sus reglas. Si es tu primer parto, pon aún más atención en crear las condiciones que te permitan parir, ya que éstos suelen ser más lentos y saltarse más a menudo las reglas de este, a mi ver, macabro juego.
Comer y beber durante el parto
No está justificado que en algunos hospitales todavía no se permita comer y beber a la mujer de parto.
Es importante tener energía cuando vamos a hacer un gran esfuerzo físico, y muchas veces el hambre desaparece cuanto más avanza el parto, por lo que os animo a todas a daros un festín al inicio del parto para acumular energías. Y a comer y beber durante el parto para evitar llegar casi al final agotadas simplemente por hipoglucemia.
A día de hoy tengo la impresión de que en los hospitales no se favorece comer ni beber durante el parto, pero que tampoco se impide como antes se hacía. Siempre se puede llevar algo en la bolsa por si acaso ponen las cosas difíciles. Comer o beber sólo podría ser peligroso si el parto acaba en cesárea con anestesia general, cosa que a día de hoy es poco frecuente.
Moverse con libertad
La persona de parto adopta posturas instintivamente que le alivian el dolor, que facilitan que el cérvix se abra, que el bebé se encaje, que protegen el periné... Nosotras creemos que no debemos ni siquiera sugerir a la mujer que adopte una posición determinada, su cuerpo le irá dictando si no nos entrometemos. Esto es aplicable para la dilatación tanto como para el expulsivo.
La mayor limitación para moverse durante el parto en los hospitales está ligada a la monitorización continua, explicada a continuación. Pero moverse en libertad es muy importante para que el parto evolucione con facilidad. Si estás en el hospital sin ningún factor de riesgo pide que hagan auscultación intermitente del latido y si tienes el monitor pide que lo aprieten para que no pierda el contacto con facilidad. Pero no dejes de moverte, de bailar, deja que tu cuerpo te guíe, nadie sabe mejor que tu misma, escúchate.
Lo mismo es aplicable para el expulsivo, adopta posiciones verticales para favorecer que tu bebé se encaje y descienda. Se puede estar de rodillas incluso con epidural si no ponen mucha cantidad de anestésico. Decide tu misma en qué posición parir, en la que tú estés más cómoda, quien te acompaña puede usar un espejo si tiene que torcer su cabeza para ver el nacimiento.
¿Monitorización continua o intermitente?
La monitorización continua nos da una gráfica que representa el latido del bebé y las contracciones. Cuando la gráfica es normal tenemos la garantía de que el bebé está bien en este instante, pero que no esté normal no necesariamente significa que el bebé esté en peligro. Ante la duda, primero se observa para evaluar como evoluciona y si va a peor se saca al bebé lo antes posible ya sea mediante pujos dirigidos, ventosa, fórceps o cesárea.
Aunque la monitorización continua se inventó para evitar que algunos bebés tuvieran problemas neurológicos por falta de oxígeno durante el parto, el usarlo en todos los partos no sólo no ha disminuido los casos de bebés con esos problemas sino que ha aumentado sustancialmente el número de partos instrumentales y cesáreas.
Además de esto, la monitorización continua supone una limitación de movimientos que puede ser muy molesta estando de parto y puede afectar a la fluidez con que evolucione el parto. Las guías NICE Intraparto, guías de buena praxis inglesas, recomiendan escuchar intermitentemente cada 15 minutos en la dilatación y cada 5 en el expulsivo en los embarazos de bajo riesgo. Sólo cuando hay algún motivo adicional es útil utilizar la monitorización continua, por ejemplo cuando hay meconio denso en líquido amniótico, un sangrado o ha habido bajadas en el latido hace poco.
¡Cuidado con los pujos dirigidos!
Empujar en el parto es algo instintivo, que no debe forzarse racionalmente, sólo esperar a que las ganas vengan o el bebé nazca, lo que antes suceda. Hay mujeres que dan a luz sin empujar, otras que tienen ganas pronto y se pasan bastante rato empujando, no lo veo como un problema si es lo que les pide el cuerpo, y la mayoría sienten un deseo irrefrenable por empujar cuando la cabeza esta muy baja, presionando el periné desde dentro. Llegado ese momento el pujo siempre es eficiente y en poco tiempo seguramente saldrá la cabeza.
Nosotras no enseñamos a las mujeres que acompaño a empujar, ni cuando deben hacerlo, creemos profundamente que lo saben desde dentro mejor que nosotras desde fuera.
Por el contrario, empujar antes de que lo pida el cuerpo es como ir al baño sin ganas y pretender que sea efectivo a base de esfuerzo, sólo conseguirás almorranas. La escena de película de la mujer tumbada con une matrone o médice y su pareja que la animan a empujar con todas sus fuerzas se representa en la realidad de muchos hospitales, pero lejos de ser beneficioso está asociado con más daños en los tejidos vaginales y perineales de la madre y con más sufrimiento fetal por falta de oxígeno durante los largos pujos.
Si te piden que fuerces los pujos, decide si quieres hacerlo o no, no tienes que hacer todo lo que te piden, pide explicaciones de por qué te aconsejan hacer una u otra cosa.
Desgarro ó episiotomía
La episiotomía se empezó a utilizar por dos motivos principales, uno para hacer espacio para poder utilizar instrumentos como la ventosa y los fórceps y otro para, teóricamente, evitar que los desgarros llegaran al ano.
El primer punto no lo discuto, cuando la ventosa y/o fórceps están justificados creo que la episiotomía también lo está en muchos casos. Sin embargo los estudios que se han hecho demuestran que hacer episiotomías no reduce los desgarros de tercer grado,hasta el ano, y por tanto sólo deberíamos hacerlas cuando parece que le bebé puede estar quedándose sin oxígeno y cortar acelera el nacimiento unos minutos cruciales.
Mi experiencia, y la de algunas otras matronas, es que los desgarros que no son tremendamente profundos curan tan bien y tan rápido tanto si tienen puntos como si no. Así que muchas de las mujeres a las que acompañamos tras haber escuchado la positiva experiencia de otras, deciden no coser.
Si no quieres una episiotomía asegúrate de que tu pareja está atenta cuando el nacimiento se acerca. Recordar a quien os acompañe que preferís un desgarro, y escoger libremente en que posición estar para evitar mayores desgarros por estar tumbada o en litotomía cuando nazca vuestre bebé.
Parto vaginal, instrumental o cesárea
Un parto instrumental o una cesárea están justificados cuando se está seguro de que la vida de un bebé o su madre corre peligro. Sin embargo el motivo principal por el que se hacen estas intervenciones es porque consideran que el parto ya se ha alargado suficiente... No me parece una causa justificada para que intervinieran mi parto.
La cesárea se ha convertido en algo tan frecuente que mucha gente lo ve como una manera más de tener hijos cuando en realidad es cirugía mayor. El 20/25% de los partos hospitalarios son cesáreas, de los cuales la mayoría son mujeres que van a dar a luz a su primer bebé.
Del mismo modo que parir nos empapa de una sensación de orgullo y de ser capaces de todo, la cesárea y los partos instrumentales generan que muchas madres duden de su capacidad para parir, pasen años procesando por qué ocurrió y se pregunten como habría sido recibir eufóricas a su bebé en los brazos.
No cortar el cordón antes de que deje de latir
En el momento del nacimiento 1/3 de la sangre del bebé está en el cordón y la placenta. Si cortamos el cordón en ese momento le robamos esa sangre que le pertenece. En los primeros minutos postparto esa sangre vuelve al bebé y el cordón deja de latir, volviéndose blanco. Hasta ese momento le bebé sigue recibiendo oxígeno con su pulsar, y si le costara la inmensa transición que supone nacer, respirar por primera vez, adaptarse a la vida fuera del útero... el cordón y la placenta le estarán ayudando. La placenta, el equipo de resucitación más potente, viene con nosotres "de fábrica".
No dejes que se tire la sangre de tu bebé, corta tu misma el vínculo físico entre tu bebé y tú.
Contacto piel con piel
No hay motivo digno para separaros, se puede y se debería resucitar a un bebé pegado al pecho de su madre y con el cordón intacto, y si la madre no se encuentra en condiciones por un problema serio el padre debería ocupar su lugar. Cuando hablamos de prioridades con las parejas que acompañamos, a menudo la cosa más importante para ellas, y para nosotras en nuestros partos, es que no nos separen. El parto más respetado palidece si no hay contacto piel con piel con nuestre bebé, el parto más terrible se hace más llevadero si le tenemos en brazos.
No necesito, ni quiero, hacer mención a la abundante evidencia de que el bebé debe estar en contacto ininterrumpido con su madre desde el primer instante. El anhelo de que llegara ese momento es lo que nos ha dado fuerzas para superar cualquier dificultad en el embarazo y el parto, todo lo demás puede esperar.
El bebé no conoce otra cosa que el contacto permanente con su madre, el rítmico latido de su corazón, el olor y calor de su piel le dan la bienvenida a la vida con dulzura. No permitas que os separen.
El nacimiento de la placenta
Cuando la naturaleza del parto ha sido respetada en todos los demás aspectos uno se plantea para que acelerar el último paso.
Debido a algunos estudios que enfatizaban que las mujeres sangraban menos si se les daba oxitocina sintética y se tiraba del cordón umbilical, la opción de esperar y que la mujer fuera quien diera a luz a su placenta casi desapareció de los hospitales. Estas técnicas y el uso de oxitocina puede reservarse para los casos en que la placenta tarda mucho en salir o si se pierde más de dos vasos de sangre o se siente mareada.
Va siendo cada vez más fácil ver nuestras placentas incluso para quien da a luz en el hospital, y en algunos, como en Jarrio, puedes pedirla y llevártela a casa. Puedes ver cómo revisamos una placenta y qué cosas se pueden hacer con ella en nuestro vídeo Conociendo la placenta.
Vitamina K para le bebé
Les bebés nacen con unos niveles inferiores a los nuestros de vit. K, una vitamina que forma parte de los mecanismos de coagulación de la sangre. Debido a esos niveles más bajos existe una patología llamada "enfermedad hemorrágica del recién nacido". Por este motivo se recomienda dar un suplemento de vit. K a los bebés, ya sea por vía intramuscular u oral.
En el artículo Vitamina K: ¿un fallo en el ADN? Sara Wickham cuestiona hasta que punto es real la deficiencia en vitamina K de los recién nacidos o hemos decidido interpretarla como tal. Este otro de la misma autora habla de como ha evolucionado la evidencia en el tema en la última década y nos da cifras y opciones de administración, Revisando la vit. K en el recién nacido: ¿qué hemos aprendido en una década?
Si optas por poner Vitamina K intramuscular a tu bebé, cualquier hospital optará por esa opción por defecto. Si prefieres dársela oral o no dársela tendrás que especificarlo en el plan de parto y recordarlo cuando vuestre bebé haya nacido. A día de hoy es bastante normal, aunque no lo más frecuente, que las parejas opten por la administración oral.
Alta voluntaria
Antes de terminar esta sección quiero mencionar que nada es obligatorio, que podemos irnos a casa cuando queramos, aunque no siempre será fácil. El alta voluntaria es un documento en el que firmamos que asumimos la responsabilidad de lo que ocurra cuando decidimos abandonar el hospital antes de que nos hayan dado el alta. Si no te gusta como te están tratando y crees que en alguna otra parte te tratarán mejor, pide un alta voluntaria, y ve allí donde te sientas más cuidade.
El ingreso durante varios días tras el parto en muchos casos es innecesario y su mayor ventaja es cuando se recibe un buen apoyo con la lactancia. En el hospital de Exeter, en Inglaterra, donde yo trabajé tras un parto sin complicaciones las mujeres y sus bebés podían irse a casa a las 2 horas postparto.
Conclusiones
El plan de parto es la perfecta excusa para informarse, para profundizar en cómo es un parto en distintos lugares, en cuáles son las intervenciones habituales y por qué se hacen, en cómo evitarlas, en cómo deseamos que nuestro parto sea.
Por si os sirven de ayuda, compartimos también varios planes de planes de parto para el hospital para quien no le apetezca redactarlo de cero o para coger ideas. Planes de parto habrá tantos como parejas existen pero siempre ayudará conocer otros, este primero lo usamos en nuestros embarazos, plan de parto 1; éste de una mamá que acompañamos hace años cuando los planes de partos eran algo tabú, plan de parto 2; y éste de otra mamá qué acompañamos recientemente, plan de parto 3, uno de los planes de parto más exhaustivos y con más enlaces a las recomendaciones oficiales que he leído. Vamos añadiendo más según nos llegan, pero cuando leáis unos cuantos veréis que todos se parecen enormemente, lo importante es saber qué es importante para nosotres mismes. Si no os deja copiar el texto y queréis uno de estos planes de parto escríbenos a daraluzasturias@tutanota.com y te enviaremos el texto, nuestro objetivo es compartir y difundir la información.
Si queréis más información sobre todos estos temas, demasiado extensos para condensarlos en una sola sección, poneros en contacto con nosotras, pedirnos que escribamos más sobre ello, uniros a nuestros encuentros mensuales, o a las reuniones de El Parto es Nuestro, que en Asturias son los segundos sábados del mes.
Valle, revisado y ampliado en Octubre 2021, escrito en 2014