
Defiende tu plan de parto
Escojo esta foto, del parto de una amiga que sabe defender con uñas y dientes sus partos, crearlos como ella necesita, y hacer que las personas a su alrededor la acompañen allá a donde ella quiera llegar. No siempre las cosas salen como planeamos, a veces salen mejor. Sólo hace falta estar dispuestos a defender nuestras decisiones, o a escoger lugares en los que todo sea más acorde a nuestras necesidades, sin guerra.
Empiezo por recordar la incómoda realidad de que el plan de parto se respeta dependiendo de lo respetuosa que sea la persona que acompaña. Casi nadie va a hacer grandes cambios en su forma de trabajar por la petición explícita en un trozo de papel. Los profesionales hacemos cosas con las que nos sentimos cómodos, y nos sentimos cómodos sólo a fuerza de experimentar pasito a pasito fuera de nuestros límites, internos o impuestos por un contrato. Cuanto más abierta esté la persona a aprender acompañándote, más posibilidades hay de que se amolde y respete tus derechos.
Tener un aliado
Para defender tu plan de parto lo primero y más importante que necesitas es al menos un aliado, normalmente tu pareja. A veces tu madre, una amiga, una Doula... Esa persona debe saber de parto tanto como tú, y sobre todo saber todo lo que tú quieres y qué cosas especialmente son importantes para ti, por ejemplo el contacto piel con piel ininterrumpido.
Nuestro aliado tiene que querer lo mismo que nosotras, tiene que saber ser nuestro portavoz, y tiene que saber proteger nuestro espacio para que nosotras podamos estar hacia adentro.
La mayoría de las indicaciones a continuación son sugerencias de insurrección para ese aliado. La mujer tiene que poner su foco en su propio cuerpo.
Hacerse respetar
A muchas personas les cuesta defender sus derechos, o los de sus seres queridos, ante figuras de autoridad. Esto a menudo se basa en la idea de que "el profesional es el que sabe" y es cierto que muchos profesionales saben muchas cosas, pero también es cierto que hay muchas que no sabemos o no hemos querido explorar. Y también es un hecho innegable que en España, y en el mundo entero, el intervencionismo innecesario y la violencia obstétrica existen.
Verbalizar lo que queremos, y lo que no
Aunque ya esté escrito en el plan de parto decirlo enfatiza que se sigue queriendo que esas cosas se respeten. No hace falta entrar por la puerta y recordarlo todo, sino en el momento en que sea oportuno recordar que esa intervención no se quiere. Yo animo a que la mujer lo diga de forma clara una vez y vuelva para adentro, y que su aliado lo repita tantas veces como haga falta. Puede decir "dijo que no quiere", "dijo que quiere un ambiente tranquilo", "pidió la pelota de pilates ¿podrías traerla?", "no quiere epidural, por favor no la ofrezcais si ella no la pide", "no quiere episiotomía", "quiere que el cordón no se corte hasta que deje de latir", "dijo que le duele mientras coses ¿puedes ponerle más anestesia local?". Si la mujer no lo dice el profesional puede llevarse la a menudo errónea impresión de que es el aliado y no la mujer quien así lo quiere. Que ella lo diga sólo una vez hace que ella sea quien dirige el barco, no hace falta que la haga moverse si tiene una buena tripulación a su lado.
Crear el espacio
A menudo ponemos en nuestros planes de parto que queremos un espacio íntimo, con luces bajas, sin grandes ruidos, con poca gente. Para que esto se manifieste hay que decirlo y hacerlo.
Cuando os dejen a solas en la habitación baja la luz, habla en tono tranquilo y en voz baja, eso se pega. Si alguien rompe esos dos aspectos pídele que los respete.
Comer o beber debe estar permitido en todos los partos si no se anticipa un riesgo adicional de tener que hacer una cesárea con anestesia general, así que lleva cosas para no tener que pedirlas y considera comer y beber sin falta de pedir permiso.
Sólo el personal necesario
Cada persona que entre pídele que se identifique, nombre y título, aprovecha y apúntalo por si tienes cualquier problema, y recuérdale que sólo queréis presente al mínimo profesional sanitario. Eso es, una matrona y una auxiliar.
Si todo está yendo con normalidad el ginecólogo no es necesario y está invadiendo el trabajo de la matrona si se entromete. Los estudiantes son bienvenidos sólo si vosotros queréis, y siempre que muestren respeto. La limpiadora es bienvenida si hay algo concreto que limpiar para tú comodidad, el resto de cosas se hacen antes o después de tu ingreso en partos.
Si entran más personas ponte delante y pide que te explique el por qué de tanta gente, recuérdales lo que queréis y asume que en la mayoría de los escenarios no tendrás un disculpa como respuesta.
Deben obtener consentimiento
Aunque la idea de pedir consentimiento antes de intervenir empieza a llegar a oídos de todos los profesionales no todos lo hacen. O cuando lo hacen son aún muchos los que lo hacen como una pregunta de cortesía pero asumen que "como ellos saben más" tu única opción es decir que sí.
Es tu cuerpo y por lo tanto no hay nada que puedan hacer si tú no les dejas. Antes de aceptar cualquier intervención debes saber los beneficios, los riesgos y los motivos por lo que te sugieren intervenir en el fluir del parto. Puedes negarte a todo. Si al negarte obtienes como respuesta molestia, ego y coacción, es altamente probable que la intervención no sea estrictamente necesario, sino simplemente su forma habitual de proceder en esos casos. Esto puede hasta ser beneficioso a nivel poblacional, pero no necesariamente ser lo mejor para ti y para tu bebé. Si al negarte te encuentras amabilidad y explicaciones coherentes de la gravedad del asunto es más posible que sea justificado o que aporte proba les beneficios. Aún así creo que nunca está de más contrastar la información con otro profesional.
Simplemente ignorar
A veces nos dicen que hagamos cosas que no queremos hacer, bien porque sentimos o sabemos por la información que hemos recopilado, que no es bueno para el parto, nosotras o nuestro bebé.
Por ejemplo:
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No hay beneficio alguno en hacer tactos vaginales, si no los quieres niégate y no te bajes las bragas
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Siempre es mejor moverte libremente, si falla el monitor que lo adapten
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Romper la bolsa no tiene beneficio, hacerlo mientras se hace un tacto sin avisar es traición
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Que no te tumben para parir si tú no quieres, es la peor posición
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Pídeles esperar más si no tienes aún ganas de empujar, los pujos son más efectivos cuando son espontáneos
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Los pujos en apnea, pujos dirigidos, no son beneficiosos. Si te dicen cómo pujar ignóralo si no hay urgencia real
Tomate los comentarios como sugerencias, si sientes que te puede ayudar hazlo. Si sientes que puede ser dañino para ti o tu bebé ignóralo o dile a tu aliado que no vas a hacerlo. Nadie va a tumbarte en una cama, ni hacerte un tacto si tienes las bragas puestas, ni obligarte a pujar o estar en una posición concreta.
La mujer de parto es una mujer salvaje, que responde "bien" si se la trata bien y da una coz si las palabras no bastan.
Estate atento
Aunque ya hayas dicho hace horas que no quieres episiotomía o corte prematuro del cordón estate atento. Recuérdalo verbalmente para que esté fresco cuando el momento se acerque. Cuando acompañas tu labor es proteger y cuidar, no te dejes llevar por la emoción y dejes a esa mujer tirada en el momento clave.
Ten tus ojos atentos a las manos de quién está atendiendo/acompañando el parto. Si no encuentras oposición absoluta pide ser tú quien hace para así garantizar los deseos de quién pare. La propia mujer o su aliado puede recoger al bebé al nacer y puede cortar el cordón a su debido tiempo.
Que no os separen
No dejes que el bebé esté solo en ningún momento. Toda prueba puede hacerse en vuestra presencia, si el parto no puede moverse acompaña al bebé allá a donde vaya. Que se sienta tranquilo y seguro en las primeras horas y días facilitará enormemente el postparto para ambos.
Eres libre también para marcharte
En Inglaterra, donde yo me formé si todo había ido normal en el parto se daba el alta a mamá y bebé a las 2 horas postparto. Aquí el imaginario común no baraja la posibilidad de que mamá y bebé estén en su hogar en los primeros días.
No conozco, aunque tal vez lo haya, ningún hospital español que de altas "tempranas", pero si os sentís bien nada os impide pedir un alta voluntaria. Al fin y al cabo es dejar por escrito que ahora, como siempre en la maternidad, la responsabilidad y el cuidado está en vuestra mano.
Valle, Agosto 2020