
Bolsa rota
Esta sección habla sobre la ruptura de la bolsa de las aguas llegadas o pasadas las 37 semanas de gestación. Aquí explicaré qué suele hacerse si el parto no empieza pronto, cómo detectar si hay infección, y qué otras opciones existen. El parto de Raquel abrió mis ojos, hizo hueco entre mis miedos, y me permitió ver más allá.
Por primera vez investigué qué hacer cuando ésto ocurre sin conformarme con la respuesta rápida de una inducción, por primera vez nos saltamos los límites, prestamos atención a lo que nos decía su bebé y su cuerpo y disfrutamos con mucha tranquilidad de la aventura. La bolsa de las aguas de Jana se rompió un domingo, sin embargo ella decidió nacer un jueves, tras 96 horas y media de bolsa rota.
También Romeo, rompió su bolsa varios días antes de nacer. Muchísimas gracias Sara por compartir cómo vivisteis la experiencia.
"A partir del momento en que estando de 36 semanas se rompió la bolsa, decidimos esperar a que el parto siguiese su curso natural, sin limitarlo con comparaciones ni protocolos. Sin embargo, nos resultó inevitable pasar por momentos de duda, miedo, impaciencia... sobre todo por la presión externa de las personas de alrededor que nos pedían continuamente que acudiésemos al hospital y nos pusiésemos en manos de un profesional médico.
Realmente pensaba, y ahora lo sé, que las mujeres poseemos una conexión con nuestros hijos y una intuición que nos capacita mejor que nadie para llevar las riendas de nuestro parto, sin ningún mérito extra, simplemente como una parte más de nuestra vida en general. Pasaron 130 horas desde que se rompió la bolsa hasta que nació Romeo. Fue un tiempo completamente dedicado a nosotros. Mientras esperaba a que llegase la primera contracción, aprendí a estar muy atenta, a observar mi cuerpo, a guiarme por lo que él me pedía, por lo que sentía... Los minutos que se hacían más largos los rellenábamos con momentos que nos unían cada vez más a los tres, como los paseos por la arena de la playa, los masajes, las sesiones de fotos en casa, los dibujos sobre la barriga, los bailes, la música, las riquísimas comidas...
Ahora entiendo cuan necesarios fueron esos días de bolsa rota y agradezco cada uno de los minutos de espera que por un lado, recordamos llenos de bonitos momentos y por otro, nos ayudaron a desarrollar la paciencia, la entrega, la aceptación, a superar los miedos, las inseguridades, a aumentar la confianza en la vida, a soltar, a permitir que las cosas se den sin intentar controlarlas, sin la necesidad de tener que intervenir... Fue como un regalo, un aviso que me hizo estar muy presente y que nos dio la oportunidad de prepararnos y coger fuerzas para la llegada de Romeo."
Sara, Agosto 2017
La bolsa puede romper horas o días antes de que empiecen las contracciones, durante el parto (ésto es lo más frecuente) o con el nacimiento del bebé. Si quieres profundizar más en el tema, está muy bien el podcast de Indie Birth Navegando las aguas, como valorar la ruptura de las aguas antes del parto.
Nacer enmantillado
Empiezo por hablar de esta posibilidad, poco frecuente, pero cada vez más abundante según vamos ganando terreno en el respeto de la fisiología en los partos. El artículo Enmantillado; Nacer con el Saco Amniótico Intacto. Mito y Magia de Placentera habla de la creencia en múltiples países de que nacer con bolsa intacta es signo de protección y de buena suerte.
Nacer enmantillado es algo que siempre me fascinó... porque mi madre me contó que yo nací así, porque el primer recuerdo que tengo de mi hermana es ver asomar su cabeza entre contracciones con la bolsa aún protegiéndola... porque muchos años más tarde mi primer hijo nació con bolsa íntegra (si te apetece puedes leer nuestro relato de parto, Nace Martín).
Cuando no rompemos artificialmente la bolsa por sistema, creamos la oportunidad de ver la belleza de un bebé que nace aún envuelto ¿tanta prisa tenemos que, anhelando que el parto acabe un poco antes, rompemos esa preciada protección? Éste es uno de mis vídeos favoritos de bebés nacidos con bolsa íntegra, en la página de la impresionante matrona australiana Lisa Barrett. Puedes encontrar más vídeos de bebés enmantillados buscando en inglés born in the caul.
¡Bolsa rota!
Las sensaciones que las mujeres tenemos cuando la bolsa se rompe son dispares. Algunas sentimos un pequeño "crack" dentro un segundo antes de notar el agua fluir, otras sienten un goteo que les hace dudar de si la bolsa ha roto o es simplemente más flujo, otras sienten un pequeño chorro y dudan si se les ha escapado el pis, y otras, las que menos, rompen la bolsa como en las películas.
¿Cómo es el líquido?
Normalmente el agua es transparente y tiene un olor peculiar, suave y agradable, que se distingue bien del olor a pis, aunque no tan claramente del olor a flujo.
Cuando el agua es dorada o verde, en sus múltiples tonalidades, significa que el bebé ha hecho caca dentro del útero, a lo que se le llama líquido teñido o meconio en líquido amniótico. Puedes leer más sobre lo que ésto significa en el artículo de Rachel Reed La maldición del líquido teñido traducido al español por María Velo (Matrona Taurt).
También es común que el agua esté rosada, teñida por un tapón mucoso sanguinolento o por cambios en el cérvix durante el parto. A menudo este cambio de las aguas a una tonalidad rosada ocurre cuando la mujer está cerca de la dilatación completa.
¿No estás segura de si has roto la bolsa?
No hay nada mejor que esperar. Una bolsa que está rota, gotea.
Así que si goteas o mojas bastante ponte una compresa para no empaparte y poder observar sobre el fondo blanco cualquier cambio en el color del líquido.
Si el goteo es desde discreto a casi imperceptible ponte unas bragas blancas y no pongas compresa, para poder valorar al cabo de unas horas si es la cantidad suficiente como para hacerte dudar si es la bolsa o confirmar que es sólo flujo, tal vez algo más abundante que antes. La bolsa rota puede gotear en pequeña cantidad, pero es más que el flujo, y el goteo es constante.
Bolsa rota ¿y sin contracciones?
Cuando la bolsa rompe antes de que el parto empiece simplemente significa que éste ocurrirá en las próximas horas, o días. Es nuestro bebé regalándonos el aviso de que todo empezará pronto y dándonos el tiempo para hacer los últimos preparativos.
La mayoría de los partos empiezan en las primeras 12/24 horas después de que se rompa la bolsa (más abajo incluyo datos). Pero la normalidad se define por lo que es frecuente y eso siempre significa que habrá mujeres que irán más allá de lo que es común.
¿Cuánto se puede esperar?
Cuando la bolsa está rota la protección que ofrecía se ve, al menos parcialmente, quebrada. El flujo vaginal y el goteo de líquido amniótico ayudan a mantener el ambiente lo más estéril posible.
La información que aquí comento la encontré agrupada en el protocolo Management of prelabour rupture of membranes at term de las matronas de Ontario, Canadá.
El mayor estudio que influye en las guías clínicas sobre qué hacer cuando la bolsa rompe a término y las contracciones no empiezan es un meta-análisis Cochrane llamado Term PROM trial. Todo meta-análisis es tan fiable como los estudios que en sí agrupa, y en este caso los autores mencionan que en la mayor parte de los estudios incluidos en el meta-análisis se habían hecho múltiples tactos vaginales, lo cual obviamente puede influir en los resultados que observaron, para evitar un caso de infección materna 50 mujeres debían ser inducidas (hubo tantos bebés con infección en el grupo de inducción como en el de manejo expectante).
En la página 9, de la guía clínica de las matronas de Ontario citada arriba, está la tabla 3, que habla de los fatores de riesgo de infección materna. Usa riesgos relativos que desde mi punto de vista son engañosos porque no te hablan del riesgo real (riesgo absoluto) que tienes de que una cosa determinada te ocurra, sino de como con una intervención el riesgo aumenta o disminuye un número "X" de veces. La tabla dice que el riesgo de infección materna es 2 veces mayor si se hacen 3/4 tactos vaginales, 2,6 veces mayor si se hacen 5/6 tactos, 3,8 veces mayor si se hacen 7/8 tactos, 5 veces mayor si se hacen más de 8 tactos, mientras que es 1,78 veces mayor si se espera más de 48 horas para que inicie el parto.
La conclusión es que el riesgo de infección está estrechamente relacionado con el número de tactos vaginales que se hagan, ya que al meter el dedo se introducen las bacterias de la vagina en el útero. Cualquier otra cosa que tenga el mismo efecto de subir las bacterias está también desaconsejado, como hacer el amor o darse un baño (no hay problema en darse una ducha). Durante el parto puede usarse la piscina de partos, pero es mejor dejarla para el último momento para evitar que el agua entre y esté ahí durante muchas horas.
Así que parece razonable esperar "poco" si se va a estar metiendo la mano, y se puede estar más tranquilo si se toman medidas para evitar la infección. ¿Cuánto esperar? Eso creo que es una decisión personal, que cada familia tiene que valorar, porque como con todo lo demás, la opción sin riesgo no existe, aquí os dejo el enlace de nuestra sección, Responsabilidad ¿Quién la asume?
¿Cuánto se suele esperar?
La mayoría de los protocolos internacionales no se plantean dejar los tactos de lado, ni esperar en vez de inducir, por lo que casi todos recomiendan inducción de parto si pasadas las 24 horas de bolsa rota el parto no ha empezado por si mismo.
Se dice que en torno al 10% de los partos la bolsa se rompe antes del inicio del parto, con un 60/80% de posibilidades de que ésto ocurra a término (con 37 o más semanas de gestación). De estos partos que empiezan con bolsa rota, aproximadamente el 75% se ponen de parto en las primeras 24 horas, el 90% en las primeras 48 horas, el 95% en las primeras 72 horas. Pasados 7 días de bolsa rota sólo el 3/4% no se han puesto de parto (estos datos están sacados de guía clínica de las matronas de Ontario citaba arriba). Eso significa que muchas mujeres empezarán espontáneamente el parto, pero que muchas otras aceptarán una inducción o tendrán que casi "convencer" al profesional que le acompaña para seguir adelante sin inducir (manejo expectante).
En España muchos hospitales privados, y alguno público, empiezan la inducción sin siquiera dejar 24 horas de margen.
La diferencia entre un parto inducido y un parto espontáneo es enorme para muchas mujeres. Es como comprar papeletas para tener un parto más largo, más doloroso, más monitorizado y más intervenido todo de un golpe.
Además de la inducción, la mayoría de hospitales Españoles pondrán antibióticos intravenosos con el pretexto de reducir el riesgo de infeccion, esto no se hace en Reino Unido (las guías NICE sobre inducción de parto hablan de un montón de cosas, pero ni siquiera mencionan el uso de antibióticos). Es importante considerar también los riesgos de los antibióticos, cuando ni siquiera hay indicios de infección.
Uno tiene que tener en cuenta los riesgos de ambas intervenciones antes de aceptarlas como supuesta medida preventiva de una infección que aún no ha ocurrido, y que con las precauciones necesarias posiblemente no ocurrirá.
¿Y si... seguimos esperando?
Seguir adelante cuando no es la opción comúnmente aceptada se convierte a veces en una odisea en la que la presión para hacer lo que los "expertos" dicen viene de todas direcciones.
Las recomendaciones de guías clínicas y protocolos no son más que eso, una guía para que el profesional pueda aplicar a toda la población, pero la decisión dentro de las siempre múltiples opciones es cosa de cada persona, ya que ella es responsable, quiera o no, de su vida.
Cuando hay signos de infección el propio cuerpo tiende a iniciar el parto, entiende que llegados a ese punto el bebé estará mejor fuera y la mamá lidiará mejor con la infección si no tiene que encargarse de seguir gestando al bebé. Esto pasa con todo tipo de infecciones, así que estoy asumiendo que también en este caso pasaría, aunque eso sí, creo que si hay signos de infección seguramente sea buena idea ayudar al cuerpo a acelerar el parto, y darle antibióticos u otro tratamiento para controlar o mantener a raya a la infección.
Entonces ¿para seguir adelante esperando a que el parto se inicie por si solo, qué tenemos que observar?
Los síntomas de infección son:
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Fiebre, 38°C o más en una ocasión. Estar atentos y plantearse ingreso si hay febrícula (>37,5°C en dos ocasiones separadas por más de 1 hora)
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Taquicardia materna (>110 pulsaciones/min)
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Taquicardia fetal (>160 latidos/min)
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Cambios en el color de las aguas, especialmente si huelen mal (signo tardío)
No existe consenso sobre con cuánta frecuencia deberían de hacerse estás observaciones, pero hacerlas 3 veces al día podría ser razonable.
Añadiría que es de sentido común prestar en estas circunstancias un poco más de atención al cuerpo, y que si nos sentimos mal, ése es buen momento para repetir las observaciones y para confirmar con nosotros mismos si queremos seguir adelante con la opción que habíamos escogido, la puerta de la inducción siempre está abierta.
¡Meconio! ¡y el parto no empieza!
Por último quiero hacer mención a la posibilidad de que varias cosas ocurran juntas. Cuando estamos embarazadas de 40 semanas o más, no es sorprendente que cuando la bolsa rompa encontremos meconio (lee éste enlace para saber más sobre el meconio en líquido amniótico).
Cuando hay meconio hay un poco más de riesgo de infección que cada familia debe tener en cuenta. Desde mi punto de vista si el meconio es ligero, el latido del bebé está perfecto, no hay síntomas de infección y la pareja quiere seguir adelante, para mi no es motivo de de alarma.
Conclusiones
Lo mejor que se puede hacer cuando la bolsa rompe es aprovechar para llenarse de energía comiendo, durmiendo y descansando.
¿Se ha roto la bolsa? Ponte cómoda, una compresa, observa tu cuerpo, siente a tu bebé y sigue disfrutando de tus últimas horas o días de este embarazo, este instante sólo se vive una vez.
Valle, Diciembre 2016